Los rumores afirmaban que Scarlett Xaver no solo era una paciente, sino también una maldición que había causado la muerte de su padre adoptivo y de su madre biológica. A los dieciocho años, la familia Falcon, una de las cuatro familias más famosas del país C, la trajo a casa desde el campo. Aunque otros la evitaban como a la peste, ella era el tesoro de la familia, siempre con miedo de que la lastimaran.
Sus hermanas la adoraban, su hermano la mimaba y su padre la amaba, pero no podían deshacerse de su pasado de chica de campo. Todos la ridiculizaban a sus espaldas, llamándola una mancha en los Falcons. Lo que no sabían es que ella no era tan simple como parecía.
Carson Lowe bajó la cabeza y se acercó a ella, con una voz profunda y convincente. —Un magnate en el campo de la medicina, ¿eh?
La niña se secó la frente sudorosa y sonrió culpable: "No es nada... No es nada..."
Carson frunció los labios y se acercó más. "¿Vale cientos de millones?"
—Ja —Scarlett sudaba profusamente—. ¡Te están mintiendo! ¡No tengo dinero! ¡Soy una pobre!
Su sonrisa se hizo más profunda mientras la levantaba. "Está bien. ¡Iremos a casa y lo resolveremos poco a poco!"
Todos sintieron que algo estaba por suceder y se inclinaron respetuosamente. "¡Viaja con cuidado, jefe!"
